
En 1765 en París un cocinero llamado Dossier Boulanger abrió el primer restaurante en el mundo, para anunciarlo colgó afuera un cartel que decía en latín vulgar: Veinte ad me omnes qui stomacho laboratis et ego restaurabo vos “VENID A MÍ, HOMBRE DE ESTÓMAGO CANSADO, Y YO OS RESTAURARÉ”. Los viandantes empezaron a llamar a estos lugares “restaurantes”, donde iban a ser “RESTAURADOS”. Como es de suponer, en el menú de estos restauradores lugares se le ofrecía a los concurrentes, sopas y potajes, que son los alimentos ideales para recuperar energías.
Boulanger, quien debió esperar más de veinte años para alcanzar el éxito con su comercio, en realidad, fue a raíz del estallido de la Revolución Francesa que los establecimientos como éste (llamados los primeros restaurant”). En los castillos y mansiones aristócratas de Francia contaban con grandes y sofisticados equipos de cocina. Sin embargo, al caer el Antiguo Régimen, muchos jefes de cocina y cocineros desempleados abrieron sus propios restaurantes.
En este sentido, para 1804 más de 500 casas de comida habían abierto sus puertas solamente en París, Se multiplicaron rápidamente y también en otras capitales europeas y en otros continentes, naciendo así la competencia gastronómica. Todas estas inspiradas en la idea de BOULANGER CONSIDERADO ASÍ COMO EL PADRE DE LA GASTRONOMÍA.